"La incertidumbre no debe conducirnos a la perplejidad sino a la disposición para el cambio y a la ampliación y renovación incesante del Conocimiento" Ilya Prigogine.

sábado, 1 de octubre de 2011

Ciencia y Ética desde el fundamento de Victor Martín

El objetivo de este ensayo consiste en delinear las bases  sobre las que se fundamenta la relación Ciencia y Ética expuestas por el profesor Víctor Martin de manera que ello permita reflexionar ante las profundas implicaciones que podría tener el fenómeno tecnocientifico contemporáneo  en los modos sociales  de actuar, de conocer y de valorar.
Para Martin los avances vertiginosos de la ciencia en sus diversas etapas han transformado  las raíces y las estructuras de la sociedad de manera tan radical y en un plazo tan breve, que significativamente marcó la discusión  acerca de la responsabilidad ética tanto individual como legal e institucionalmente desde sus marcos de referencia.
Es importante acotar que  el cambio radical de la sociedad se refiere a la transformación del mundo medieval en el moderno; el Renacimiento realmente fue un periodo de transición entre la Edad Media y la Época Contemporánea. Quizás la diferencia más importante entre el medioevo y nuestro tiempo sea la noción del cambio; durante siglos (desde el siglo III hasta el siglo XII) la estructura de la sociedad no cambió prácticamente para nada.  Un individuo nacido en el siglo IV hubiera podido vivir sin problemas en el siglo XI. En cambio, un sujeto nacido en los siglos XVII o hasta XVIII no sobreviviría 24 horas si apareciera hoy, en cualquier ciudad importante, en el siglo XXI.
Naturalmente, el cambio por el cambio mismo es irrelevante. Las ideas básicas y las estructuras derivadas de ellas se modifican porque los valores se transforman, aunque resulta difícil (históricamente) precisar causas y efectos. La transformación de nuestro mundo, cada vez más veloz y más compleja, es simplemente real. La fuerza que  mueve y acelera la transformación continua de nuestro mundo es la ciencia. Depende de nosotros, de Homo sapiens, lo que se haga con esa transformación, la dirección que se le imprima y los objetivos que se intenten alcanzar con ella. Lo que nos está vedado es ignorarla o detenerla.
¿Cuál es, pues, la situación del hombre de  ciencia actual dentro de la sociedad?
Evidentemente, se siente bastante orgullo de que el trabajo de los científicos haya contribuido a cambiar radicalmente la vida económica de la humanidad al eliminar casi por completo el esfuerzo muscular. Pero le acongoja que los resultados del trabajo científico hayan suscitado una amenaza para la especie humana,
En este sentido, Martin apunta a reubicar las actuaciones del hombre hacia una ética de responsabilidad como intérprete y administrador de la vida, con un pensamiento complejo que se expresa en una ética intercultural orientada a la comprensión y aceptación indispensable en un mundo de conflictividad, centrado en un humanismo, que alejado de todo esencialismo rescate la labor de los sujetos históricos.
En este escenario la autora se adhiere a los planteamientos del referido investigador, al considerar la ética como instrumento de responsabilidad; la naturaleza está a nuestro cuidado, es preciso que la ética logre situarse en un horizonte de debate inter y transdisciplinario para insertarse en la reflexión sobre controversias sociales, jurídicas y  políticas en cuanto a la intervención de la tecnología, una intervención ética que pueda ser capaz de no someterse a determinaciones de índole ideológica o geopolíticas sino que sepa analizarlas, y ubicarlas en el sitio que les corresponde,  una ética de principios mínimos  con contenidos axiológicos consensuados y deseablemente generalizables,
Cabe mencionar a Kant 1989, cuando expresa [...] apelar al despertar de la conciencia humana para que asuma la responsabilidad que le confiere su poderío técnico ampliado [...] el futuro depende de una resolución ética por la que los seres humanos se decidan a actuar desde ahora para evitar que suceda un desastre mayor que destruya las condiciones de una  vida auténticamente humana, en fin sentar las bases para una “sociedad ética”.
Que la ética sea capaz de construir una "razón práctica intersubjetiva" a  la que de provisionalidad, esto es, "que los acuerdos que alcanza se funden en razones pragmáticamente acotadas, es decir, en criterios axiológicos factibles de revisión"
De este modo, una de las posibilidades de la ética frente a las controversias que suscita el mundo tecno-científicamente constituido, radica en que ésta puede aclarar las bases y juicios ontológicos y axiológicos que están presentes en las distintas posiciones, puede generar elementos para construir principios comunes para regular la intervención de la tecnociencia en la vida humana y en la vida del planeta.

1 comentario:

  1. Hola Prof. Xiomara.
    Cierto! Yo considero que la ética y la ciencia deben ir de la mano. No sólo es importante innovar sino fomentar la ciencia para el bienestar de la sociedad. De esta manera, podremos avanzar sobre los cimientos de los valores y el respeto a la vida.
    Le invito a visitar mi blog: http://carl812@gmail.com.

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